Desde sus inicios en la industria, PJ Harvey jamás necesitó autoproclamarse feminista porque, intencionalmente o no, ya encarnaba esa postura. Después de su debut con Dry en 1992, la artista emergió como una figura iracunda, dispuesta a desafiar a quienes creían que el punk rock era solamente un lugar de hombres.
Rid of Me, su segundo álbum publicado en 1993, continuó con esa misma energía y profundizando en la ética DIY con el mítico Steve Albini en la producción. Entre todas sus canciones, 50ft Queenie destaca siguiendo la línea de furia femenina. Allí la artista parodia la masculinidad tóxica a través de diferentes personajes que aparentan ser poderosos, pero son entidades vacías tras una fachada pretenciosa.
50ft Queenie se convirtió en un himno feminista de principios de la década de los 90 con una letra contundente y satírica. I’ll tell you my name / F-U-C-K, canta Harvey para luego añadir: Fifty foot queenie / Force ten hurricane / Biggest woman. Según la artista, su intención fue emular el mismo tipo de carisma explosivo del rap y el hip-hop: Me gustaba mucho la ostentación (…) La forma en que los raperos repiten sus nombres una y otra vez. Quería escribir algo sobre un personaje realmente atrevido.