A lo largo de su carrera, Metallica vendió millones de discos, supo hacerse con una sólida base de fans alrededor del mundo y acumuló decenas de premios. Sin embargo, les fue imposible transitar todo ese recorrido sin hacerse de algún que otro enemigo dentro de la industria.
Una de las bandas con las que el cuarteto estadounidense tuvo sus intercambios fue Guns N’ Roses, más precisamente el cantante Axl Rose, quien tuvo algunas actitudes que no cayeron del todo bien a las leyendas del thrash metal.
El comportamiento de Rose no agradaba del todo a James Hetfield, quien no pudo evitar confesar en una entrevista con Guitar World:
Ambas bandas se embarcaron en el Guns N’ Roses/Metallica Stadium Tour en 1991, una gira que dio que hablar. El 8 de agosto, en el Olympic Stadium de Montreal, tras un accidente de Hetfield que le imposibilitó tocar, Axl y los suyos salieron a salvar la noche.
Sin embargo, el cantante decidió bajarse después de tres canciones argumentando problemas de voz, algo que generó malestar en el público y se tradujo en destrozos post recital. Se enfureció y eso fue todo, le dijo James a Rolling Stone.
Estaba tan decepcionado con él. Porque podría haberse ganado a tanta gente si hubiera continuado con el show. Y fue exactamente al revés. Eso empeoró las cosas diez veces más y puso en peligro la vida de las personas. Hubo mucha violencia innecesaria por su actitud.
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