Winona Riders presenta su tercer álbum, No hagas que me arrepienta.
Una obra potente, cruda e incisiva con un estilo que atraviesa la neo psicodelia, el noise rock, dosis de shoegaze, electrónica y una seguidilla de trances sonoros, que lo ubican fuera de clasificaciones definidas.
El sucesor de El sonido del éxtasis explora nuevos territorios sonoros mientras mantiene elementos característicos de la banda, reflejando un cambio en su propuesta musical.
Producido por ellos mismos, grabado a dos baterías en Romaphonic y mezclado y masterizado por Mauro Taranto, la banda finalmente hizo el disco que siempre quiso hacer, así como con las letras, dándole mucha más importancia a comparación de trabajos anteriores.
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